Necesitamos soñar, creer que cualquier cosa es posible! Necesitamos ilusionarnos con metas y objetivos posibles de alcanzar! Necesitamos conocer nuestro camino y pasearlo con esfuerzo y constancia!
A veces encontramos a niños, sobretodo adolescentes, que no saben lo que les mueve por dentro. Les preguntas que les gustaría ser de mayores y desanimados, no saben qué contestar. Han perdido el contacto con sus sueños y no son capaces de encontrar el camino de vuelta para volver a ilusionarse y darle sentido a su esfuerzo de cada día.
Es fundamental iluminar el camino para soñar. Enseñarles, como faros en mitad del mar, la luz que hay en su interior. La fuerza que les hará superar cualquier obstáculo e intentarlo una y mil veces.
Algunos niños tienen muy claro lo que quieren conseguir, cual es su meta. Otros, por el contrario, titubean y no son capaces de decirte algo claro y responden con indecisión. Si trabajas con niños, sería maravilloso que les mostraras una ruta para soñar.
Nuestra ruta para soñar:
- Mis habilidades y fortalezas: para que un sueño sea más real debe encontrarse dentro de mis posibilidades. El primer paso para soñar es conocer aquellas cosas que se me dan bien, cuales son mis talentos. Para ello, puedes pedirles en una asamblea que expliquen que cualidades ven en sus compañeros. Y así, cada niño recibe información de qué cualidades ven los otros en él. Es curioso, pero en la mayoría de los casos, aunque lo saben y lo sienten muy a dentro, no lo reconocen si los demás no lo hacen visible. ¿Qué me hace brillar?
- Un sueño real: los niños asocian soñar con lo que les sucede cuando duermen por las noches. Creen que es algo inalcanzable, experimentado en otro mundo en el que ellos no pueden participar. Es bueno hablarles de los sueños del mundo real. Los sueños que se cumplen como resultado de nuestros actos. Y si podemos soñar despiertos.... ¿Cual es mi sueño?
- Los sueños del corazón: A veces los sueños sólo duran unos días y otras puede que en realidad, no sea mi sueño, sino el sueño de otra persona. Es importante saber, que los verdaderos sueños se sienten en el corazón y se escuchan en nuestros pensamientos. ¿Qué sueño escucho desde hace tiempo? ¿Soy el protagonista de mi sueño?
- Un sueño a medida: Si realmente sientes un sueño en el corazón, que nada te impida poder alcanzarlo; pero si además, para llegar a él, tus fortalezas puedan ayudarte, más que mejor!! Dejarse llevar por un sueño adaptado a tus posibilidades es un acierto! Tendrás más posibilidades de alcanzar el éxito. ¿Cómo me pueden ayudar mis fortalezas a alcanzar el sueño?
- Personas que dan alas: Para alcanzar cualquier sueño debes recorrer un camino. Aprender, aprovechar cualquier oportunidad para acercarte un poco a más a él. Una manera eficaz es pedir ayuda a las personas que te rodean y pueden enseñarte algo sobre ese sueño. Quizás no es exactamente eso, pero te acerca un poco más a él. Puede que tu sueño sea viajar por todo el mundo pero puedes ir entrenando con esa persona que te lleva a dar largos paseos y te da trucos de supervivencia. ¿Qué personas cerca de tí te pueden ayudar a alcanzar tu sueño?
- Los obstáculos: Debes saber que en cualquier camino te encontrarás dificultades. Lo bueno es que superarlas, seguro que te hará más fuerte!! ¿Qué obstáculos te puedes encontrar en el camino?
- Me comprometo: Una vez recorrido este camino, es el momento de verbalizar en alto, qué estamos dispuestos a hacer para alcanzar el sueño. Para ello, en asamblea, libremente, cada niño se levanta y explica cual es su sueño y qué está dispuesto a hacer para alcanzarlo. ¿Qué estoy dipuesto a hacer? ¿A qué estoy dispuesto a renunciar?
Ritual:
Los rituales agilizan los sueños, los hacen volar más alto y los envuelven de magia. Para terminar esta ruta, realizamos nuestra propia espiral de los sueños. Construimos una espiral y en el centro colocamos una vela, flores y hojas con palabras alentadoras que nos animan a seguir el camino iniciado.
Para recorrer esta espiral primero nos sentamos todos en círculo descalzos y encendemos la vela del centro. Durante unos minutos, cerramos los ojos y respiramos con la mano en el corazón, conectando con nuestro sueño a través de su latido. LLevamos la atención a la sensación del cuerpo: movimiento de la respiración en el pecho, calor del cuerpo, energia vital... Después de unos minutos, escuchamos el sonido del cuenco y empezamos el ritual. El niño sentado a mi derecha comienza a recorrer la espiral desde fuera hacia dentro. Despacio, sintiendo los pasos, se imagina alcanzando el sueño. Cuando llega al centro, recoge una hoja, sale de la espiral y se vuelve a sentar. Un niño sentado en el círculo toca la campana justo en ese momento y se la pasa al compañero de al lado. Y así, sucesivamente van entrando todos los niños en la espiral, mientras el resto observamos su camino y escuchamos embriagados el sonido de las campanas. En silencio. Un silencio respetuoso y emotivo.
Si quieres desarrollar tu propia ruta, un libro que puede ayudarte es Manual para soñar de Palabras Aladas. Una delicia que te aportará grandes ideas con orientaciones y casos reales.
Una actividad maravillosa para trabajar los sueños es la visualización del Árbol de los deseos basada en una actividad de Eline Snell. Aquí te lo conté. Tanto si eres profe, mamá o papá; te recomiendo que uses esta historia para favorecer la fluidez de los sueños. Sentado o
estirado en el suelo, pide al niño que cierre los ojos y simplemente imagine. (Haz click la imagen)
Entrénate para soñar!!
Es el antídoto a una vida a la deriva...
Los sueños es algo bueno
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