viernes, 21 de octubre de 2016

El enfado y yo




El enfado es una emoción natural

Ya hemos hablado antes de lo natural que es sentir enfado. Todos experimentamos esta emoción y aceptarla es el primer paso para poder empezar a vivir con ella. El enfado responde a una necesidad. Como toda emoción, está ahí por algo. Probablemente, si no experimentásemos todas las sensaciones que vienen con el enfado, el ser humano no habría evolucionado hasta hoy. 

Es el impulso del enfado el que alimenta los cambios que necesitamos en nuestras vidas. Gracias a él, expresamos nuestro descontento, activamos estrategias para cambiar las cosas, denunciamos las injusticias y nos movilizamos ante aquello que que nos daña. El enfado es por tanto necesario, pero es innegable el poder que conlleva!! No es del enfado de lo que nos arrepentimos sino de las consecuencias de no haber controlado toda la energía que nos desborda. Cuando gritas, insultas, dañas a otros es cuando sientes que el enfado no es bueno. Es como si tuviera vida propia. "No soy yo, es él!" - Decimos como respuesta a la sensación de no sentir el control.


El enfado en el aula

En nuestra aula, como en cualquier espacio de convivencia, surgen conflictos, enfados, tiranteces.... y es normal!! Esto sucede porque los niños actúan, se relacionan, hablan entre ellos, trabajan en equipo y tienen que someterse continuamente a la negociación de sus deseos... Todas estas situaciones no son más que oportunidades para mejorar nuestra conducta ante el enfado. Los niños necesitan errar, volver a intentarlo, expresar lo que sienten, poner en práctica nuevas estrategias...

Ellos saben que no deben dejarse llevar por la fuerza del enfado. Les decimos desde pequeños que está mal actuar de forma agresiva y herir a otros cuando están enfadados. Les explicamos que no deben hacerlo siempre que se equivocan pero...¿Les damos nuevas herramientas? ¿Les hacemos propuestas para que actúen de otra manera? ¿Comprendemos su enfado cuando reaccionan así?


Nuestros 5 pasos para Resolver Conflictos

En este aula tenemos conflictos frecuentes pero tratamos de analizarlos y extraer conclusiones de ellos. Después de unos días de convivencia pensamos que debíamos tener una plan de acción para los conflictos. Unas pautas para actuar y no dejarnos llevar. Después de varias sesiones de reflexión, debate y role playing estos fueron nuestros 5 pasos para Resolver Conflictos.

1. Stop. Este es el paso más difícil. Darse cuenta del enfado y ser capaz de parar y si lo necesitas, irte a un lugar alejado.
2. Calma. Ahora necesitamos no dejarnos llevar por la ira y cambiar los pensamientos negativos.


3. Siente. Comparte tus sentimientos con la/s persona/s del conflicto. Hablar de lo que sientes en vez de los hechos que sucedieron siempre ayudará a la resolución del conflicto porque al final, el enfado es lo que duele, el resto es fácil de solucinar!! Pregunta: ¿Cómo te sientes?

  
4. Soluciona. Si es necesario preguntaros. ¿Qué problema tenemos? ¿Cómo podemos solucionarlo? La mayoría de los conflictos de aula se resuelven en el paso 3. Son fruto de malos entendidos, pequeños "Sin querer" o equivocaciones fáciles de perdonar... Pero si el conflicto ha llegado a más, los niños deben buscar una estrategia para solucionarlo. Aquí (y nunca antes) deben pedir ayuda al adulto si no encuentran solución. Es importante hacerles responsables de sus problemas y que aprendan a resolverlos sin ayuda del adulto pero debemos apoyarles siempre que nos necesiten.


5. Paz. Sella el acuerdo de paz con un apretón de manos, un abrazo o una palabra sincera pero cierra el círculo del enfado. (Aquí y ahora, este conflicto se acaba)





Cuando los niños se responsabilizan de actuar según "Sus normas" los resultados son siempre buenos. Prueba a negociar con ellos unos pasos y apóyales con tu confianza. No pasa nada porque se equivoquen una, dos, tres o cien veces...Confía!! La semilla del autocontrol ya está plantada. Sólo necesitan que tú les recuerdes su compromiso con el grupo y que les ayudes ofreciéndoles alternativas para calmarse cuando lo necesiten.

¿Cómo me puedo calmar?

Después del Stop, la Calma es el segundo paso más complicado. Ser capaz de soltar el enfado requiere de estrategias y de ganas!! Algunas de las fórmulas que podéis usar son:
  1. Respirar profundamente 10 veces; esto te ayudará para aliviar tensiones.
  2. Pintar mandalas. En sí misma, los mandalas son herramientas de curación. Pruébalos si tienes la oportunidad de contar con ellos cuando sientas un enfado.
  3. La botella de la calma, observar la botella te ayudará a que tus pensamientos y emociones vayan poco a poco volviendo a la calma. Nosotros hicimos una para clase. Te recomiendo que la hagas; si no sabes cómo, AQUÍ te conté cómo hacerla en el artículo "LA BOTELLA DE LA CALMA"



Pero, ¿Y si necesitamos echar el enfado fuera? En ocasiones, sentimos la ira como fuego que quema, como una fuente de energia que quiere explotar. En esos casos, no podemos dominar el enfado con quietud. Es como pedirle a un león furioso que calme su naturaleza de rugir. En estos casos, podemos ofrecer otras alternativas. Técnicas de liberación del enfado que no dañen a otros. Las que utilizamos en nuestra aula son:
  1. Arruga el papel. Coger una hoja de papel de periódico y arrugarla formando una bola. Luego podemos volver a estirarla sin romperla y volver a arrugarla repitiendo los pasos hasta que nos sintamos más tranquilos. Incluso podríamos terminar de liberar el enfado rompiendo la hoja por completo. Aunque es mejor guiar al niño para que analice el reflejo de su enfado. Después de un tiempo, cuando ya se haya ido la emoción, puedes mirar con él la hoja arrugada y reflexionar juntos como su enfado se puede ver en todas las huellas de la hoja. Son marcas que no se pueden borrar, igual que el daño que hacemos a otros cuando les herimos. Por eso, es mucho mejor descargar el enfado en la hoja de periódico que en las personas que queremos.
  2. Sacude el enfado. Si el conflicto surge en el recreo, es fácil que el niño no cuente con ninguna herramienta (Papel para arrugar, botella de la calma, mandalas...) pero si puede usar el movimiento de su cuerpo libremente para deshacerse del enfado. Por ello invítale a alejarse del problema y buscar un lugar tranquilo donde poder "Sacudir el enfado" Se trata de que expulse la rabia con el movimiento de sacudir las piernas, brazos, manos...incluso con la voz!! Es realmente liberador!! y no daña a nadie. Muchos niños necesitan canalizar su enfado de esta manera. Ofréceles la alternativa y permíteles expresar su enfado sin herir a los demás. Será un gran aprendizaje para su futuro.
   Y tú, ¿Tienes herramientas para dominar la ira? Cuales son tus técnicas para controlar el enfado? 
 

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