viernes, 10 de noviembre de 2017

DISFRUTAR DEL SILENCIO


La evolución de nuestra sociedad ha convertido el silencio en un “bien muy preciado”, en un tesoro que encontrar y en muchos casos, en la medicina natural para nuestro estrés. La tecnología es muy ruidosa y aunque no lo creamos, somos seres sensibles a los ruidos y sufrimos las consecuencias de una exposición continua a un ambiente lleno de sonidos ensordecedores.

Y esta realidad, ¿Cómo nos afecta?

Un estudio llevado a cabo por científicos alemanes ha demostrado que el silencio es necesario para llevar a cabo determinados procesos mentales como la regeneración neuronal. Sabemos que el descanso y el silencio permiten a nuestro cerebro asimilar la información de todas las experiencias que vivimos. ¡Necesitamos calma para poder organizar e integrar lo nuevo!

Practicar silencio durante pequeños momentos al día es determinante para nuestra salud mental y emocional y para gozar de una buena calidad de vida.

“….El ruido no solo ensordece, sino que también acalla las preguntas que surgen del asombro ante la observación de la realidad. Para aprender, no sólo hace falta revivir informaciones, sino que es necesario consolidarlas, interiorizarlas. Y para ello, es preciso tener espacios de silencio….” 

Catherine L´Ecuyer

Las prácticas de mindfulness y atención plena nos ayudan a aprender a disfrutar del silencio como un maestro capaz de enseñar grandes aprendizajes. El silencio tiene la capacidad de sacar a la luz emociones y pensamientos que normalmente acallamos con la agitación y el ruido del día a día. Si enseñamos a los niñ@s la sabiduría que esconde el silencio, les facilitaremos un camino para vivir despiertos y conscientes a aquello que esté en su interior.



Juego 1: El juego del silencio

Este juego, que tiene su origen en la filosofía de María Montessori, tiene como objetivo desarrollar en los niñ@s la concentración, la capacidad de relajarse y ofrecerles una herramienta para conectar consigo mismos y con todos los pequeños detalles que nos rodean cada día. Con esta simple actividad, poco a poco los niñ@s adquieren la rutina de mantenerse en quietud, respetando el silencio y valorando el clima de calma y tranquilidad.

Para llevar a cabo este juego sólo necesitas entre 1-5 minutos y se puede practicar con niñ@s a partir de los 2 años de edad. Para ello, si somos un grupo, nos sentamos todos juntos formando un círculo y les preguntamos si son capaces de estar en silencio como las montañas o las flores. Para comenzar, les pedimos que cierren los ojos, el juego consiste en mantenerse en silencio durante unos segundos/minutos.

Para desarrollar este juego es necesario tener a mano un medidor de tiempo (reloj de arena o de agua es muy apropiado) para que los niños puedan observar el paso del tiempo y así ser capaces de mantenerse en silencio el tiempo acordado. También se puede encender una vela para indicar el comienzo y pedirle a un niño que la apague cuando finalice el tiempo. Una alternativa que también les gusta es marcar el comienzo y el final de la actividad con el sonido de un instrumento (cuenco tibetano, triángulo, campana, crótalos…) 




Juego 2: Te veo

¡Este juego es realmente emocionante! Lo puedes poner en práctica para que los niñ@s aprendan poco a poco a observar en silencio y desarrollen la concentración al mantener la mirada fija en un punto. Pero además de estos grandes beneficios, también conseguirán mejorar la empatía y los vínculos afectivos creando un clima lleno de magia e intimidad. Este juego se puede realizar en sesiones de 1 minuto e ir aumentar la duración si se considera oportuno. Se puede practicar desde los 3 años y para ello sólo tenemos que sentarnos por parejas uno frente al otro. Durante un tiempo tenemos que mirarnos a los ojos sin perder el contacto. ¡¡Ese será nuestro foco de atención!!





Juego 3: El refugio

Crear ambientes de calma es clave para aprender a valorar el silencio. El refugio es un lugar especial que se puede crear en la escuela o en casa. Un lugar en el que el niñ@ pueda “estar” y sentirse. Lo podéis crear con telas, almohadas, cojines, cajas, una tienda de campaña… pero recuerda que lo importante no será “lo bonito que quede” sino que en su creación, el niñ@ haya formado parte. En este espacio se puede encontrar los siguientes materiales: Cojines, mantas, muñecos para abrazar, títeres para crear conversaciones y compartir pensamientos, mandalas con pinturas, cuentos especiales relacionados con las emociones, la Botella de la calma, una planta, instrumentos, linternas… Lo importante es que aprendan a respetar ese espacio de calma y sólo lo visiten cuando realmente lo necesiten:

  • Cuando se sienten enfadados y necesitan tranquilizarse
  • Cuando quieren relajarse y observar cómo se sienten por dentro
  • Cuando les apetece descansar
  • Cuando sienten necesidad de estar solos
  • Cuando quieren dar o recibir amor: Abrazos, masajes, lectura de cuentos...
  • Cuando les apetece meditar y respirar conscientemente
  • Cuando necesitan solucionar un conflicto con un amigo


Juego 4: La lluvia de la calma

Para crear la lluvia de la calma necesitas un frasco con agua y algunas gotitas de aceites esenciales. Usa la lluvia de la calma cuando te apetezca disfrutar de un momento de tranquilidad y armonía. Podrás comprobar cómo el agradable olor de las esencias favorecerá esa concentración y el niñ@ podrá disfrutar durante unos segundos del silencio. La lluvia de la calma no debe usarse como pócima para calmar un enfado o un nerviosismo (a no ser que el niño lo pida) Preferiblemente elige esos momentos en los que el descanso es lo más apetecible para todos. 



Usar juegos que permiten disfrutar del silencio es aportar a los niñ@s herramientas útiles para aprender a mejorar sus estados de introspección y de conocimiento interior. El niñ@, de forma natural, experimenta la realidad en momentos de inspiración y espiración.

¡Obsérvale y acompáñale en silencio!

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